En metalurgia, el acero inoxidable
se define como una aleación de acero con
un mínimo de 10% de cromo contenido en masa.[1]
El acero inoxidable es resistente a la corrosión,
dado que el cromo, u otros metales que contiene,
posee gran afinidad por el oxígeno y reacciona
con él formando una capa pasivadora, evitando
así la corrosión del hierro. Sin embargo,
esta capa puede ser afectada por algunos ácidos,
dando lugar a que el hierro sea atacado y oxidado
por mecanismos intergranulares o picaduras generalizadas.
Algunos tipos de acero inoxidable contienen además
otros elementos aleantes; los principales son el
níquel y el molibdeno.
El Acero Un metal muy diferente.
Como todos los tipos de aceros, el acero inoxidable
no es un material simple sino una aleación.
Lo que tienen en común todos los aceros es
que el principal componente (elemento que forma
la aleación) es el hierro, al que se añade
una pequeña cantidad de carbono. El acero
inoxidable fue inventado a principios del siglo
XX cuando se descubrió que una pequeña
cantidad de cromo (habitualmente un mínimo
de 12%) añadido al acero común, le
daba un aspecto brillante y lo hacía altamente
resistente a la suciedad y a la oxidación.
Esta resistencia a la oxidación, denominada
«resistencia a la corrosión»,
es lo que hace al acero inoxidable diferente de
otros tipos de acero.
No es un revestimiento
El acero inoxidable es un material sólido
y no un revestimiento especial aplicado al acero
común para darle características "inoxidables".
Aceros comunes, e incluso otros metales, son a menudo
cubiertos o “bañados” con metales
blancos como el cromo, níquel o zinc para
proteger sus superficies o darles otras características
superficiales. Mientras que estos baños tienen
sus propias ventajas y son muy utilizados, el peligro
radica en que la capa puede ser dañada o
deteriorarse de algún modo, lo que anularía
su efecto protector. La apariencia del acero inoxidable
puede, sin embargo, variar y dependerá en
la manera que esté fabricado y en su acabado
superficial.
El acero inoxidable está
en todas partes
Su resistencia a la corrosión es lo que da
al acero inoxidable su nombre. Sin embargo, justo
después de su descubrimiento se apreció
que el material tenía otras muchas valiosas
propiedades que lo hacen idóneo para una
amplia gama de usos diversos. Las posibles aplicaciones
del acero inoxidable son casi ilimitadas, hecho
que puede comprobarse con tan solo unos ejemplos:
En el hogar: cubertería
y menaje, fregaderos, sartenes y baterías
de cocina, hornos y barbacoas, equipamiento de jardín
y mobiliario.
En la ciudad: paradas de autobús, cabinas
telefónicas y resto de mobiliario urbano,
fachadas de edificios, ascensores y escaleras, vagones
de metro e infraestructuras de las estaciones.
En la industria: equipamiento para la fabricación
de productos alimentarios y farmacéuticos,
plantas para el tratamiento de aguas potables y
residuales, plantas químicas y electroquímicas,
componentes para la automoción y aeronáutica,
depósitos de combustible y productos químicos.
Usos del acero inoxidable
Los aceros inoxidables se utilizan principalmente
en cuatro tipos de mercados:
Electrodomésticos: grandes
electrodomésticos y pequeños aparatos
para el hogar.
Automoción: especialmente tubos de escape.
Construcción: edificios y mobiliario urbano
(fachadas y material).
Industria: alimentación, productos químicos
y petróleo.
Su resistencia a la corrosión, sus propiedades
higiénicas y sus propiedades estéticas
hacen del acero inoxidable un material muy atractivo
para satisfacer diversos tipos de demandas, como
lo es la industria médica.
Acero inoxidable en la industria
médica
Existe una diversidad de composiciones químicas
para el acero inoxidable, las cuales le otorgan
cualidades particulares y deseadas; desde el grado
de implante médico, hasta la facilitación
de manufactura de instrumentos quirúrgicos.
Entre los aceros empleados en la industria médica
se encuentran comúnmente los siguientes:
17-4
304
AISI 316
AISI 316L
455
589
Muchos de éstos pueden ser sometidos a un
tratamiento térmico con el fin de modificar
sus cualidades físicas. Por ejemplo, el acero
inoxidable 17-4 puede ser tratado al calor, por
una duración determinada, con el fin de lograr
cierto grado de dureza y así, hacer que el
objeto funcione adecuadamente por más largo
tiempo. Es importante que las condiciones sean controladas,
desde la temperatura y tiempo de horneado, hasta
la limpieza de la atmósfera del horno y del
acero en sí. La dureza del acero inoxidable
puede ser medida en la escala Brinell, Rockwell
u otras.
Adicionalmente, una capa pasiva
puede ser aplicada para la inhibición del
óxido o de reacciones con algún elemento,
mas no siempre es el caso pues no siempre es ni
necesario ni requerido, por razones de costo o porque
no todos los aceros inoxidables pueden ser tratados.
Acero inoxidable serie 200
Durante la Segunda Guerra Mundial, una gran falta
de níquel llevó a un grupo de científicos
a buscar otras vías para fabricar acero inoxidable
con un menor contenido de níquel. Se desarrollaron
nuevas calidades (el acero inoxidable serie 200)
que quedaron en espera al finalizar el conflicto
bélico. Este acero tiene propiedades amagnéticas
como el acero inoxidable 304, pero propiedades muy
diferentes en cuanto a corrosión.